lunes, 20 de febrero de 2012

Pedro Almodóvar, creador de mundos

Viendo ayer la Gala de los Goya, me indigné soberanamente. No entiendo cómo no podemos reconocer el arte que sale de la mente, el corazón y las entrañas de Pedro Almodóvar. La situación me recuerda un poco al escaso reconocimiento que tiene Woody Allen en Estados Unidos o las inexistentes nominaciones de Leonardo Di Caprio en los Oscar. Es algo que nunca voy a entender. 'La Piel que Habito' es una obra magistral, llena de sutilezas y de simplezas hechas arte....que pasan desapercibidas a los ojos de la Academia. Tenemos la sensación de que Almódovar se fue en su momento de la Academia de malas maneras... Pero no me extraña que se fuera.... Yo ahora no me lo pensaría dos veces y les dejaría con mil palmos de narices. Pero no es lo que va a hacer. Seguirá haciendo e mejor cine que puede hacer. seguirá desnudando su alma para mostrársela al mundo, aunque España esté en la cola de la lista...

Este texto que dejo a continuación es mi homenaje particular. Un día tuve que escribir sobre alguien y pensé que debía descubrir aquel director que tantas cosas me transmitía a través de una pantalla. El cine forma parte de mi vida y Almodóvar ha sido uno de los culpables de que me sienta tan identificada con este arte.

P.D. Ah!! y odio cuando la gente lo critica sin haber visto su cine. El trabajo del de al lado hay que verlo con mirada inocente, sin juzgar antes de tiempo...

Pedro Almodóvar, creador de mundos

Nace en una familia humilde, en Calzada de Calatrava (Ciudad Real) en 1949. En su casa siempre ha predominado la presencia de mujeres, y así lo ha reflejado en sus películas. Se define como un ser ambicioso, siempre intentando evadirse para buscar elementos que le inspiren y le estimulen para contar historias. Las técnicas que tiene como director, sobrepasan lo habitual: se vuelca, investiga, desentraña lo impensable, para lograr lo que desea. No conoce el conformismo, no descansa y si lo hace, de manera innata, sigue creando. Una de sus mayores pesadillas es que una de sus películas quede inconclusa. Otra, la de que alguien se interponga entre la mesa de montaje y él. Ha nacido para hacer lo que más le gusta y además es reconocido por ello: ha obtenido innumerables premios como son los Goya, César, David de Donatello, Globos de Oro, Óscar, y un largo etcétera.

En los primeros años de su vida adulta trabajó de administrativo en Telefónica. Recuerda agobiarse cuando no tenía dinero en el bolsillo. Aunque llegó a pedirse hasta seis excedencias laborales para probar suerte en el mundo del espectáculo. En aquella época rodó sus dos primeras películas: ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ y ‘Laberinto de Pasiones’. A partir de ese momento, siente que la gente cambia su modo de verle, y eso le satisface.

Dice haber aprendido a vivir dentro de la paradoja como forma de vida. Y es que para un director de cine, sufrir la fotofobia, es una contradicción en sí misma. En la oscuridad y en la intimidad que le da su casa, piensa en personas e historias que todavía no existen y deja que sus manos, sobre un teclado de ordenador, hagan el resto. Sus ojos corretean nerviosos y sus manos le acompañan gesticulando todo lo que dice. Cuando se esfuerza en explicar algo, frunce el ceño y, estoy segura que desea con todas sus fuerzas que la persona que le escucha le comprenda. Busca la complicidad en los rincones de la gente. En aquellos, que sólo él ve y que cuando considera preciso, los limpia a conciencia para descubrir nuevos pensamientos.

Sin embargo, la palabra ‘escándalo’ siempre ha estado unida a su persona y a su obra. Pero él ha sido fiel a su modo de ver la vida, a su mentalidad con respecto al mundo y a la conciencia que iban tomando sus pensamientos. La naturalidad con la que trabaja no entiende de provocación. Si la genera, él no es consciente. La inocencia siempre ha sido un ingrediente para abrirse al espectador. La honradez siempre va implícita en él y en su trabajo. En sus personajes, incluso en los crueles y deshumanizados, la honradez es lo que les hace crear empatía con el público. A pesar de ello, sufre cuando sabe que lo que escribe, puede ofender a alguien, pero siente que es algo inevitable. Quiere conmover de alguna de las maneras, no admite que su trabajo pase inadvertido. En todo momento desea que lo que trata en sus películas se entienda, aunque no siempre es posible. Le gusta la austeridad para comunicar. No admite adornos que carguen las escenas con información innecesaria. Todas y cada una de las palabras que salen de la boca de uno de sus personajes, tiene peso y carga relevante en la historia. Y aunque reconoce que todo su cine es autobiográfico, el personaje que le representa a sí mismo, o a sus sentimientos, siempre está en segundo plano. Para ello, siempre utiliza la metáfora, dice ayudarle. Quizá por eso le dicen que su cine es cada vez más complejo, aunque él agrieta los ojos cuando lo escucha. Hace las cosas con pasión, sin importarle que su cine evolucione en una dirección concreta. Además sabe que a través de su trabajo busca algo, aunque no conoce qué es. Pero sí admite que su cine responde a una necesidad expresiva casi incontrolable. Además admite que tiene una mayor necesidad ahora de hacer cine, que hace 33 años. Y es que cuando ves uno de sus trabajos, sientes que te adentras en un mundo completamente reconocible. Crea entornos en el que el espectador puede imaginarse qué harán mañana cada uno de los personajes. Aunque sus tramas son rebuscadas y complejas, las asumes sin cuestionar nada. Para ir a ver una película de Pedro Almodóvar, no compras palomitas, sólo esperas a que los trailers se acaben para descubrir qué diseño ha escogido para los créditos, qué colores ha empleado para el decorado y qué nuevo mundo te deparará esta vez. Porque Almodóvar es un creador de sensaciones que hace volar al espectador por encima de las butacas de una sala de cine.

martes, 22 de noviembre de 2011

España aboga por un cambio político drástico

Una victoria arrolladora del PP hace cambiar el rumbo de una España agotada por encontrar soluciones a la crisis. El PSOE se hunde registrando sus peores resultados, e IU quintuplica sus escaños. Amaiur consigue tener grupo, y UPyD sube de uno a cinco escaños. Los españoles han apostado porque el bipartidismo no tenga tanto protagonismo como en otras selecciones, y han conseguido cierto fortalecimiento de los grupos pequeños. Aunque no ha sido suficiente. Todo el país sabía antes del 20-N, que se necesitaba un cambio drástico. Y los votantes han creído que la única fuerza política capaz de solucionar los problemas de España, es el PP.

Soraya Saenz de Santamaría y Ramón Jáuregui serán los encargados de hacer el traspaso de poderes. Mientras, se van haciendo quinielas de qué político dirigirá cada ministerio. Y por supuesto, dada la estrategia del PP de no revelar muchas de sus decisiones políticas, se siguen haciendo apuestas de si la ley de matrimonio homosexual se modificará, o la ley de dependencia desaparecerá definitivamente. Lo que está claro es que lo que exige el interés nacional es salir de esta crisis cuanto antes. Existe una emergencia económica totalmente fulgurante, que preocupa al ciudadano extremadamente y que no le deja avanzar hacia ningún sitio. Pero algo está claro en el análisis de estas elecciones: la sociedad española sigue madurando democráticamente. Emplea las herramientas que tanto costó conseguir, y ejerce su derecho de voto como cree conveniente.

Ahora es el momento del PP. Después de ocho años en la oposición, y mirando desde la barrera las dificultades de una situación que se hacía insostenible, coge el mando en un país lleno de desconcierto y desesperación. Aunque la UE no intervenga, Mariano Rajoy tendrá que ser consciente de que España no se diferencia en tanto a países como Grecia y Portugal. Ahora los ciudadanos esperan con ansiedad la toma de decisiones, por parte de un gobierno que han elegido ellos mismos. Lo malo sea, que después de haber confiado tanto en un cambio político, las medidas tomadas sean tan duras que los ciudadanos se encuentren desprevenidos como para no poder encajarlas. Lo que sí debe estar la sociedad es predispuesta a que los años próximos sean complicados. Porque la situación no cambiará de la noche a la mañana.

lunes, 17 de octubre de 2011

Tarjeta Roja

Es jueves 29 de septiembre y en la cafetería del Restaurante Rogelios, hay varias mesas ocupadas. El bar se encuentra en los aledaños del campo de fútbol La Romareda y los aficionados zaragocistas, desilusionados, leen la sección de deportes de la edición aragonesa de El Periódico, quien dio la noticia en exclusiva el pasado miércoles con el siguiente titular: "La Guardia Civil detiene a Braulio por abuso sexual". Los fervientes seguidores, han seguido informándose sobre el caso a sabiendas que lo que iban a leer no les iba a gustar nada. Pero no han hecho falta demasiados periódicos. Los rumores han ido creciendo conforme han pasado los días y en la capital maña se han sabido incluso los detalles. El dorsal número 10 ha confesado ser autor de los presuntos abusos de los que se le ha acusado. Los hechos consistieron en “tocamientos” en plena calle, poco antes de acudir al entrenamiento de la mañana que suele tener el equipo los lunes.
Los periodistas han sido raudos a la hora de conseguir las informaciones. La capital aragonesa, no es muy grande, y se conoce todo el mundo, más aún en el ámbito de la comunicación. Allí todos los periodistas intentan conseguir la exclusiva, pero una vez publicadas las noticias, se llaman para ‘comentar la jugada’. Los redactores están tan sorprendidos como los propios aficionados. Y es que el delantero ha sido un jugador muy valorado en la plantilla. Ha metido goles que han salvado partidos necesarios para el equipo. Y la razón por la que ha sido detenido ha provocado estupor entre la afición. No pueden entender cómo un jugador con una familia estable (esta casado y tiene dos hijos) y con una vida aparentemente placentera, ha podido hacer tal cosa. Aunque lo que más ha sorprendido a los maños no ha sido este hecho concreto sino saber que ya se había producido con anterioridad. Una mujer ha confesado que Braulio Nóbrega había abusado de ella tiempo antes. Otras, han asegurado ser testigos de diversas acciones exhibicionistas por parte de un joven vestido con ropa deportiva. Además, el coche descrito y visto por estas mujeres coincide con el del jugador.

Es sorprendente cómo pueden cambiar los hechos según el prisma por el que los mires. Un día Braulio es un jugador que lucha por un Zaragoza a veces decaído. Un delantero con rasmia (palabra aragonesa que significa ímpetu), con fuerza y empuje que nos consigue aíre para llegar vivos al siguiente partido. Otro día, Braulio es alguien a quien no conocemos, o si me permitís decir como zaragocista, que simplemente no reconocemos.

El domingo 18, el Zaragoza jugó en casa contra el Español. Luis García, delantero del equipo maño metía un gol en el minuto 90, consiguiendo la victoria de su equipo. El pase que ayudó a marcar al jugador lo hizo Braulio. Ese sería el último partido en el que el delantero pisara el cesped de La Romareda como jugador del Real Zaragoza. Siempre podremos decir, que ese día sí era el Braulio que conocíamos.

martes, 11 de octubre de 2011

'La Piel que Habito'

Es extraño imaginar que sentimientos como la venganza, el amor y el odio se entremezclen para contar una historia, de forma tan perfecta como para el espectador no cuestione nada. Pero es que en el mundo de Pedro Almodóvar todo es posible. Cada uno de sus personajes son cruciales en esta historia de difíciles reveses en el que la inverosimilitud parece, tan sólo por instantes, apoderarse del público. La sobriedad de Antonio Banderas asombra interpretando a un eminente cirujano plástico. Parquedad que surge del sufrimiento de un hombre que pierde a su mujer en condiciones complejas, después de sufrir quemaduras en todo el cuerpo. El Doctor Robert Ledgard, doce años después, se interesa por la creación de una nueva piel con la que hubiera salvado a su mujer. Marilia, personaje que encarna maravillosamente Marisa Paredes, es cómplice de todos los experimentos que hace el doctor en su propio laboratorio situado en la mansión El Cigarral. Alguien debía ser la víctima de tales experimentos y se convierte en la rata de laboratorio del Dr Ledgard. Pero contar más sería desvelar la sustancia de la historia. Aunque dicho sea de paso, pese a que revelara el mayor secreto del film, merece la pena verla: Almodovar planifica las escenas de manera sublime, tal y como estamos acostumbrados. Los movimientos de cámaras son sutiles y casi imperceptibles que nos dan muestra del gran realizador que es Pedro.
El personaje que interpreta Elena Anaya, Vera, es el motor de la narración que hace al espectador avanzar en la historia guiándole por cada una de las tramas. Es una mujer fuerte, una superviviente de su propia vida. Vera hipnotiza con su escultural figura, sus gestos y miradas frente a la cámara.
Por otro lado, los colores y objetos elegidos para cada una de las secuencias están meditados y escogidos con precisión. Cada plano muestra el encanto almodovariano que transporta al público a otros mundos. La música de Alberto Iglesias hace crecer las imágenes y sobretodo los silencios, que conmueven y transportan a la piel de los personajes, nunca mejor dicho.
Obviamente el humor negro tiene protagonismo en este film. Es paradójico escuchar al espectador reírse en varios momentos de la película, en escenas trágicas desde el punto de vista narrativo. Almodóvar presenta diálogos pícaros en el que deja al público que se relaje y deje de tener los músculos agarrotados. El film genera esa inquietud que hace al espectador querer ver la siguiente secuencia. Se percibe un gran trabajo en la dirección de actores. Parece mentira que el papel de Vera fuera pensado para que lo interpretara Penélope Cruz, porque Elena Anaya lo borda, dejando entrever que casi ha nacido para él. ¡Hay trenes que pasan y no vuelven! Lo que sí espero es que el cine de Almodóvar vuelva, y sobretodo cargado de historias que sorprendan tanto como ‘La Piel que Habito’.

Making off 'La Piel que Habito'

domingo, 18 de septiembre de 2011

La incredulidad del mundo

A penas faltaban quince minutos para que fueran las tres de la tarde y en mi rostro se podía observar el desconcierto. Tan solo con catorce años entendí al instante que las imágenes que en aquel momento me ofrecía CNN+ no se trataban de una película. Un primer avión ya había colisionado contra una de las dos torres. Desprendía un humo negro y espeso que teñía el paisaje de oscuridad y miedo. Los rascacielos y edificios de la gran ciudad de Nueva York pasaban desapercibidos ante la atónita mirada del mundo. Los servicios de emergencia se iban acercando a la zona para prestar auxilio a los heridos. Dieciocho minutos después del primer impacto, un segundo avión colisiona en la segunda torre. Minutos más tarde, uno de los rascacielos se desploma y el pánico inunda las calles. Miles de personas abandonan la ciudad a pie colapsando los puentes y carreteras. Recuerdo las caras de la gente, la mayoría manchadas por el polvo y la ceniza. Asustados, huían corriendo. Sus rostros, algo robóticos, transmitían incredulidad y desasosiego. El mundo se paró durante algunas horas. Los que trabajaban pararon por momentos sus tareas para poner la radio o la televisión. Y los que estábamos en casa retrasamos la hora de la comida. Aquel día el informativo de medio día duró toda la jornada, y algunos no pudimos separarnos del televisor. La radio modificó su programación habitual por especiales que nos iban dando la información que iban recibiendo.
El mundo cambió ese 11 de septiembre, aunque aún no lo supiéramos. Nos limitábamos a observar con la boca abierta, sin saber qué pensar, sin entender por qué pasaba lo que los ojos del mundo veían.


domingo, 22 de mayo de 2011

'¡¡¡¡Que no, que no, que no nos representan!!!!'

Están siendo unos días nuevos, llenos de lucha, gritos, lágrimas de emoción, de compañerismo, de solidaridad... gracias al 15M. Pero hoy también es un día nuevo para la democracia: Otro partido político al que estaba, toma posesión en sitios en los que ni siquiera había imaginado. Y ahora en el silencio que aguarda mi habitación, no comprendo del todo mi desasosiego.

Esta semana pasada estaba siendo una de las más enrriquecedoras en mi estancia en Madrid gracias a las movilizaciones del 15M. Y lo sigue siendo. Estudiando Periodismo he podido aprender valores, y he adquirido conocimientos que me han permitido tener una idea más propia y personal. Y me sigo emocionando cuando veo la Puerta del Sol o cualquier plaza de las diferentes ciudades que se han unido a la causa. Pero no entiendo del todo, qué hacemos, hacia donde vamos porque creo que tenemos ganas de decir muchísimas cosas y el tiempo apremia y parece que las ideas se entremezclan y se van convirtiendo en un borrón. 'Más vale tarde que nunca', pero, ¿por qué no hemos reaccionado antes? ¿Como no nos hemos dado cuenta que estaban haciendo las cosas sin contar con nosotros? Aún recuerdo durante el gobierno de José María Aznar: salimos a la calle a pedir que no hubiera guerra... y aún con todo la hubo. Pero con nuestros votos le castigamos y le demostramos que teníamos voz. En esta ocasión siento que tenemos voz, pero está muda. Queremos hablar porque queremos cambios, pero no sabemos qué camino nos aportará más. Uno no lo ha hecho bien, y el otro es sordo y nos ignora. Cada uno tendrá sus cosas, pero cada uno de nosotros tenemos una ideología. Y ninguno nos representa del todo, o eso es lo que sentimos.

Sinceramente estoy algo perdida por el rumbo que coge este país. Creo que no estamos del todos contentos con el Gobierno, pero tampoco lo estaremos cuando gobierne otro. Porque no se nos escucha. Porque se preocupan más de quedar uno por encima del otro, que no se percatan de que hay gente mirando. No sé la solución, pero desde luego los resultados de estas Elecciones Autonómicas no se acercan a lo que yo tengo en mente por solución. Me agobia pensar que el castigo que se le ha querido dar a la izquierda ha sido que saliera la derecha. No sé hasta que punto esto ha sido una pataleta porque las consecuencias las vamos a sufrir todos. Ya no voy a hablar de la indignación de que exista bipartidismo... porque es algo que pienso mucho. Pero no sé hasta qué punto lo que queremos ha sido el resultado que se ha obtenido en estas elecciones.

Quizá debamos seguir gritando 'que no, que no, que no nos representan' pero los votos han sido los de los ciudadanos de este país. Quizá lo que creemos que piensa tanta gente... no está tan generalizado como nos pensamos. Porque sinceramente, pensaba que iba a haber mucho más voto nulo (que no voto en blanco)... tenía la esperanza de que de verdad nuestros gritos se escucharan en las urnas... y no que se castigara de esta manera a la izquierda. Porque viendo los resultados... lo siento pero a mi me siguen sin representar. No sé qué tendremos que hacer para 2012. Pero si Labordeta levantara la cabeza, algún 'váyase usted a la mierda!!' soltaría... ojalá estuviera con nosotros para tranquilizarnos.

domingo, 13 de marzo de 2011

Sin perdón de Dios!

Sé que no tengo excusa. Os he abandonado, y sobretodo me he abandonado a mí misma. Porque, perdonadme, pero esto lo hago más para mi que para nadie más.

Durante varios días empezaba a escribir sobre algo... y por no estar demasiado convencida del resultado... lo guardaba en el cajón sin quererlo dejar aquí patente. Pero lo que está pasando en Japón, no me deja tranquila. Y aunque no tenga demasiado tiempo para leer, documentarme para luego escribir mi 'post', como siempre hago... debo expresar lo que siento porque sino rebiento! Es una auténtica desgracia este desastre, en el que hay tantos muertos y tantas vidas destrozadas. Ver los vídeos y las imágenes te comen por dentro, sabiendo además que no puedes hacer nada, sentado en el sofá, viendo como todo se mueve sin entenderlo. Ni siquiera las lágrimas que no puedes evitar que te caigan salvarán una vida. Y es que mientras vas al trabajo, quedas con tus amigos, haces tu vida normal, al otro lado del mundo hay gente que no deja de llorar y de pensar en qué mala suerte han tenido por estar ahí en ese preciso momento.

No quisiera entristeceros, aunque sí intentaros concienciar que las imágenes que vemos en la televisión y las fotografías que observamos en los periódicos, no se tratan de una película de ciencia ficción. Aunque lo parezca, en este momento en el que leeis esto... hay agua que se lleva todo lo que puede.

Por todos ellos, intentaremos pensar y desearemos en que todo acabe pronto. Y que en el momento en que podamos echar una mano, la echaremos. Mientras, vamos a valorar lo que tenemos y pesemos en que con todos los problemas que tengamos no son ni una mínima parte lo que tienen otras personas.



http://www.youtube.com/watch?v=TWdtmrFD0Mo&feature=topvideos

http://www.youtube.com/watch?v=SQTJy5mWejA&feature=aso

http://www.youtube.com/watch?v=4YPOK_3r8Dc&feature=aso